sábado, 5 de noviembre de 2011

La razón pública de la universidad

Es mejor perder un semestre en la universidad pública y no la universidad pública en un semestre (léase legislatura).

viernes, 4 de noviembre de 2011

10% DEL PIB PARA EDUCACIÓN PÚBLICA!

"10% do PIB para Educação Pública já!" es la campaña que actualmente realizan estudiantes de las universidades públicas en Brasil. Se trata de un buen ejemplo a seguir puesto que están buscando mayores recursos para la educación pública en todos sus niveles. Fundamentalmente ellos se preguntan: "¿Como formar profesionales y producir conocimiento para atender las necesidades de la población si el recurso público invertido no es ampliado?"





Un reclamo justo, sabiendo que en Brasil también están de moda las exenciones fiscales para grupos empresariales, las cuales en 2010 alcanzaron la cifra de 144 billones de reais (casi como 150 billones de pesos) y el porcetaje del PIB destinado para la educación este año no va a llegar a 3%.

Blog de la campaña: 10% do PIB para Educação Pública já!

jueves, 3 de noviembre de 2011

¿Reforma educativa? ¿Para qué? ¿Para quién? ¿Por qué?

¿Se trata realmente de un intento de "reforma educativa" o una mera bazofia redactada por burócratas de cuarta? ¿Puede llamársele reforma a algo que es un panegírico de las maneras de comportamiento y salud recomendadas por el Tío Sam? ¿Será que una reforma que busca seguir desfinanciando la educación colombiana podría servir para nuestro futuro común? ¿Está representada la diversidad y complejidad de cuestiones relacionadas con la educación colombiana, en un proyecto que parece un placebo frente a la magnitud de los problemas históricos de la educación superior en el país?




¿El ánimo de lucro para una actividad esencial al desarrollo social, económico, cultural, etc. es un argumento que respeta la democracia? ¿Puede alguien sensato pensar en la educación meramente como un servicio sujeto a la demanda y la oferta del mercado, máxime en países de tantas desigualdades económicas y sociales como el nuestro? ¿No es tal vez esta la oportunidad para discutir de veras y con toda la participación posible la educación que todos estamos necesitando?







¿No es permitido acaso ya en nuestro país que sean creadas universidades y toda suerte de centros de educación superior privados generadores de lucros para sus dueños? ¿Será que precisan ahora tomar la infraestructura pública para no tener que hacer inversiones en la construcción de esos nuevos centros para el lucro privado? ¿No es esto un oportunismo intolerable? ¿Es de esa manera que funcionan las cosas en el estado colombiano, que se dice social de derecho? ¿Será que con una reforma de mala calaña podrán remediarse las inequidades y estigmas existentes para quienes no puede acceder a los escasísimos cupos que ofrece la educación superior pública colombiana?





¿Por qué habríamos de aceptar semejante basilisco que está atrofiando nuestra visión de futuro?








¿No será mejor manifestarnos combinando diversas formas de presión para que se haga sentir nuestra voluntad general de tener una educación libre, gratuita y de calidad, que pueda asegurar nuestro bienestar común y no el bienestar privado? ¿Seguiremos pasivos ante ese anhelo popular que se viene sintiendo también en Chile desde hace ya seis meses?